2 de agosto de 2009

VINOS

El vino acompaña al ser humano desde hace varios milenios. Aunque el origen exacto se discute aún, nadie duda que debe estar en algún lugar alrededor del Mediterráneo (Persia, Egipto, Grecia, Chipre). Más conocido es que fueron los romanos quienes extendieron el cultivo de la vid y la elaboración de vino más allá del Mare Nostrum, incluyendo por supuesto las provincias romanas de la Península Ibérica, de cuyos puertos zarpaban los barcos cargados con ánforas llenas de vino en dirección a la metrópoli.

Ya en Egipto, Grecia y Roma se adoraba a Dioniso o Baco (dios de los viñedos) y en la Biblia nos hablan de la última cena de Jesús, representando con él su sangre. Sabemos que en China, hace 4.000 años, ya conocían el proceso de fermentación de la uva, y que en Egipto, en el siglo IV a.C. ya conocían la viticultura. Julio César fue un gran apasionado del vino y lo introdujo por todo el imperio romano.

En España fueron los romanos los que plantaron los primeros viñedos, y sus cuidados fueron adjudicados en la mayor parte de las veces a los clérigos.

Es a Carlomagno a quien se atribuye la creación de grandes plantaciones de viñedos a lo largo de su impe
rio, pero los vinos que se obtenían eran de escasa calidad hasta que en el siglo XII empezó a haber buenas producciones y a comercializarse masivamente el vino.

Se atribuye a Pierre Pérignon el hecho de haber introducido el vino en las primeras botellas con corcho, pero fue en esta época cuando hubo grandes plagas de filoxeras que atacaron a los viñedos y dejaron a Europa sin apenas producción.

Actualmente no sólo es Francia el país que da grandes vinos, como había sido tradicional, sino que en toda Europa, sobre todo, se están consiguiendo grandes producciones y especializaciones en diferentes tipos de caldos que pueden competir con los franceses sin ninguna dificultad. Ejemplos son los vinos españoles de Rioja, Ribera del Duero, Somontano..., portugueses como los de Madeira y Oporto...

AROMA: que puede ser Afrutado, Balsámico, Maderizado, Especiado, Floral, Vegetal, Animal...

SABORES: Aterciopelado(suave y ligero), Cálido(con elevado grado alcohólico), Áspero (rudo y fuerte), con Cuerpo (consistente), Flexible (bien equilibrado y débil acidez), Licoroso (dulce y almibarado), Estructurado (rico en taninos), Equilibrado (armónico), Generoso (alto grado alcohólico), Vivo (muy ácido), Seco (sin rastro de azúcar), Nervioso (ácido sin ser agresivo), Ligero (pobre en alcohol y sin cuerpo), Vigoroso (estructurado y rico en alcohol), Redondo (armonioso y aterciopelado), Meloso (aterciopelado y con azúcares residuales), Goloso (flexible y ligero)...

CEPAS: Las especiales para la elaboración de vinos tintos son:
Cabernet Sauvignon, Tannat, Malbec, Carménère, Merlot, Sangiovese, Syrah, Tempranillo, Pinot Noir, Bonarda...
Las uvas especiales para la elaboración de vinos blancos son:
Torrontés, Pedro Ximenez, Chardonnay, Semillón, Viognier, Ugni
Blanc, Verdelho, Gewurztraminer, Riesling, Sauvignon Blanc...
Para los vinos rosados, la cepa más indicada es la denominada como Pinot Grigio.

El ASPECTO de los vinos puede ser:
Brillante: Este aspecto lo tiene un vino tinto cuando sus taninos aún no se han oxidado.
Nítido: Cuando no tiene materia en suspensión.
Tranquilo: Cuando no tiene burbujas de gas.
Espumoso: es el que desprende burbujas de gas carbónico obtenidas durante la fermentación.
Piernas: Ligado a la substancial en el vino, depende de la cantidad de glicerina que tiene el vino y a la disolución de ésta en alcohol.
Frizante: Con gas carbónico añadido posteriormente a la fermentación.

Vinos de Castilla y León
Podemos apreciar que la extensa región de Castilla y León, dedica una pequeña parte de sus territorios al cultivo de las viñas, aunque su tradición vitivinícola se remonta a muchos siglos atrás y a tenido épocas, como los siglos XVI y XVII, donde adquirió un gran esplendor, llegando hasta el siglo XIX, cuando una gran plaga de filoxera diezmó sus cultivos.

Los vinos que se producen en esta zona poseen gran carácter y su sabor es afrutado.
Los suelos en esta región son pobres, lo que supone que la producción sea escasa. Las temperaturas son extremas, con intensas heladas en invierno y altas temperaturas en verano.

Vamos a centrarnos en tres de sus zonas:

Cigales: Es una pequeña zona vitivinícola especializada en la producción de vino rosado, con brillante colorido y gran frescura.

Toro: Posee desde 1.987, la Denominación de Origen, aunque sus vinos son reconocidos desde el siglo XIII.
La zona tiene más de 3.000 hectáreas de viñas cultivadas, pero se va ampliando vertiginosamente. El clima es cálido y seco, por lo que las uvas maduran muy bien. El 70% de la uva es la denominada Tinta de Toro, además de la Garnacha, Verdejo y Malvasía.
Los vinos que se obtienen son de los más recios de España, con color oscuro y alto nivel de taninos, especiado y con alta graduación alcohólica, con sabor intenso y muy aptos para el envejecimiento.

Rueda: Su denominación de origen es sólo para vino blanco, Su superficie cultivada es de 6.000 hectáreas, la mayoría con la variedad Verdejo, aunque también se produce Viura, Sauvignón Blanc y Palomino . La vinificación se hace a temperatura controlada y la cosecha se enfría antes del prensado. Rueda posee un afamado vino espumoso, aunque el vino estrella es el Rueda Superior, vino blanco con gran estructura y aroma floral, con sabor a especias y frutas y mucho espesor y calidad, que originan las conocidas lágrimas en la copa.

Las bodegas más importantes de estas zonas son:

- Bodegas de Crianza Castilla la Vieja, en Rueda.
- Bodegas Hermanos del Villar, en Rueda.
- Vinos Blancos de Castilla, en Rueda.
- Vinos Sanz, en Rueda.
- Bodegas Fariña, en Toro.
- Bodegas Mauro, en Toro.
- Bodegas Vega Sauco, en Toro.
- Dos victorias, en Toro.
- Bodegas Lezcano, en Cigales.